Hoy vamos a contaros la historia del Ekeko.
Actualmente identificamos al Ekeko como la figura
de una persona de baja estatura, con un poco de sobrepeso, bigote, brazos
abiertos y una amplia sonrisa. Viste el típico atuendo andino (compuesto de
chullo y poncho) y suele llevar colgados objetos en miniatura como billetes,
alimentos, electrodomésticos o todo lo que uno quiera se le conceda.
Pero su historia se remonta hasta la cultura Tiahuanaco
(1500 años A.C.), que tras ser conquistados por los Incas, estos lo
convirtieron en símbolo de fertilidad y buena suerte.
Durante la época colonial la iglesia intentó erradicar su
culto sin éxito aunque sufrió algunas significativas modificaciones: el cambio
de rasgos, de andino a mestizo y la vestimenta. En sus inicios el Ekeko
iba desnudo. Precisamente esa desnudez simbolizaba la fertilidad.
Se cree el Ekeko cumple los deseos si se le coloca
un cigarrillo encendido en la boca. Si este se consume por completo el deseo se
cumple pero si este se apaga es señal de mal augurio y será un deseo no
realizado.
¿Y tú qué le pedirías al Ekeko?
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